jueves, 10 de octubre de 2013

TXASCARRILLOS

UNA SEMANA DE AGOSTO
Este verano, conocí a una nueva persona, en el hotel donde desayuno casi diariamente, era un cliente que estaba de paso, de hecho, cuando yo la conocí, ya solo le quedaban unos pocos días para irse.
Ha venido en representación de las madres, aunque también es profesora del mismo colegio, era una acampada de críos menores , con algunos monitores y ella; entre sus labores, estaba al cargo de la cocina.(de cocinera).
En cuanto cruzamos dos palabras, se vio su cultura y educación, algo que hoy, por desgracia, es poco frecuente.

Lógicamente, el tema de conversación, del primer día, fue la juventud de hoy en día, y me quede sorprendido gratamente, cuando hablando con ella, parecía que se sentía contenta y orgullosa, con la juventud y su profesión; en mis ultimas conversaciones con docentes, echaban pestes de los jóvenes de hoy en día y de sus padres. (También es cierto, que su alumnado era de segundo curso, muy pequeños).
Había venido de “revote”, consecuencia de una baja de ultima hora, pero le ha gustado tanto la experiencia, que se estaba planteando en repetirla, para el año que viene.
En los pocos días que nos juntamos allí, para tomar el café, ella esperando a que vinieran a recogerla y yo escribiendo como siempre, tuvimos unas conversaciones que me llenaron plácidamente, pese a estar un mínimo de tiempo hablando, (entre treinta y cuarenta minutos,) excepto un día que llegaron tarde y espero casi hora y media.
Aquel día que tuvo que esperar tanto tiempo, (de hecho al final estaba toda preocupada) por hablar, hablamos hasta de nuestra respectivos hijos, sus ambiciones y sus logros. Eramos dispares, incluso opinábamos diferente, pero nos respetábamos, creo que se podía decir al llegar el ultimo día, tanto para el uno como para el otro, que se separaban dos amigos.
Cuando esta se hubo marchado, sentí un gran vació, como si hubiera perdido al mejor amigo, echaba mucho de menos aquellas tertulias, que tuvimos durante poco mas de una semana.
Lo curioso de la historia, es que nunca llegamos a saber nuestros nombres, pues no nos hicieron falta para nada, solo hablábamos, como supongo que hicieron en aquellos cafés , a principios de siglo XX, los grandes escritores, en sus tertulias.
He buscado desde entonces, algún sitio o persona, que me hiciera revivir aquellos buenos ratos, pero de momento todo a sido inútil, cuando encuentro un nuevo sitio, aunque este lleno, me hacen sentirme solo, y cuando creo encontrar alguien, escucho que solo sabe hablar de cosas banales.
Que pena, como me gustaría encontrar un sitio, donde poder tener unas buenas conversaciones, como en aquellos tiempos del siglo pasado.
Bueno, quien sabe, la vida da muchas vueltas, e igual, a alguien se le enciende una luz, y en vez de estar delante de un ordenador, generalmente solo y sin salir de casa, vuelve a poner de moda, aquellos cafés de antaño, con sus grandes Tertulianos.
Don
En recuerdo de una amiga y gran persona, cuyo nombre nunca conocí.








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