POESÍA

        TENGO EL CORAZÓN ROTO, ROTO. . .

                                          DE TANTO LLORAR

                                                

Los años

serían como siglos,

los meses

se convertirían en días,

unos días

que se nos antojaron ser como largas horas,

y esas horas. . .

Serían tan largas, como si los minutos 
los convertiremos en segundos.

¿Y los segundos. . .?

¿En que se convierten los segundos,

cuando no se les desea, ver pasar??

Se convierten . . .

En una triste despedida.

Adiós,

amigo, hijo y admirado,

adiós,

Amiga, hija o... Nuera 

adiós a mi nieto,

cómplice e ilusión del viejo.

El tiempo se nos acabo,

ahora,

solo nos queda la dependida,

pero, por favor, 
no miréis atrás,

pues me daría vergüenza

que me veáis llorar .

Partís,

en busca de un mundo mejor,

buscáis. . .

Un nuevo “Dorado” 
donde solo hay otra nación.

Haya donde estéis,

recordar 
lo que os quedo atrás;

tal vez,

en un día no muy lejano,

queráis volver a recordar,

todo,

lo que dejasteis atrás.

Apenas habían pasado unos años
cuando, volvimos a vernos,
mi hijo, parece distinto
tal vez... Haya madurado,
pues cuando marcho era solo un chiquillo;
A ella, la veo igual,
toda una mujer
y hermosa como la que mas,
y mi nieto...
Ese, ese si que ha cambiado,
a su edad, todo va mas deprisa,
y a los viejos.
 nos cuesta alcanzarlos.

Dice, que allí encontró lo buscado
que ha triunfado,
que la gente le quiere, que se siente adorado,
pero que tonto...
¿Acaso no sabe, 
que todo eso tambien lo tenia en este lado??

Don.

Dedicada, al trió que mas quiero y seguro querré, en toda mi vida,

en especial. . .

A los tres, ja, ja, pues para mi. . .

Son iguales 

Txema